El 15 de julio, a las 10:30 horas, emprendemos viaje hacia la pequeña ciudad de Paucartambo, ubicada al noreste de la ciudad del Cusco. Existen dos posibles rutas, una por Huambutío y otra por Pisaq. Para este tramo de nuestra aventura, se han unido al equipo off road dos miembros más experimentados, Aída y Roberto, cada uno de 62 años. Recorremos la avenida de La Cultura, la cual atraviesa la ciudad y hacemos una breve parada en San Sebastián, a pedido de mi madre, devota del Señor de Exeomo. Continuamos, atravesando el distrito de San Jerónimo, luego Saylla y Oropesa, para luego llegar a la entrada hacia el pueblo de Huambutío, desde donde iniciaremos (por una carretera de tierra no en buen estado precisamente) el ascenso hacia el abra del Qelqaykunqa, para luego descender hacia Paucartambo.
La carretera que estamos recorriendo es angosta en el tramo que sube desde Huambutío y el ascenso es muy fuerte, presentándose paisajes hermosos y precipicios alucinantes. Desde lo alto se aprecia la serpiente sagrada que forma el río Vilcanota, que hasta no hace muchos años era un río límpido y poblado de truchas que atraían a pescadores de todo tipo. Hoy, lamentablemente, el río sagrado de los Inkas está contaminado por completo y, al menos en los sectores más afectados, la pesca deportiva ya no es un deporte atractivo. Las autoridades debieran tomar las medidas necesarias —previo estudio serio— para resolver este problema y no perder uno de los atractivos mayores del Cusco, tanto para nativos como para foráneos.
El trayecto es tranquilo, pero bastante accidentado y en esta época en particular es muy transitado, lo que trae complicaciones adicionales, pues nos encontramos en época de secas y, por tanto, el polvo que levantan los vehículos con su movimiento dificulta la visibilidad, a veces a nivel cero. Es más, el tránsito de vehículos de transporte público y de carga hace muy pesado el trayecto, pues no es sencillo adelantarlos. Además, la cantidad de tierra suelta que hay en la carretera hace que los vehículos terminen cubiertos por completo de esta tierra. Es más, hay que tener mucho cuidado, pues la tierra suelta hace que las llantas patinen si se imprime más velocidad de la adecuada; por ello, es recomendable reducir la presión de las llantas.
Al cabo de dos horas de ruta, se inicia el descenso a la ciudad de Paucartambo, de la que uno se despide con el verso del huayno de Los Campesinos, "Paucartambo, Paucartambo, ay, te dejo mis recuerdos, kutimunaykama". Es más, Mamacha Carmen, con tu bendición esperamos volver el próximo año:
Kayna wata, muyuqmasiy
maymi kuna kaypikanchu
Es día 15 y desde el medio día las diferentes comparsas han empezado a hacer su entrada a la Fiesta, para saludar a la Mamacha Carmen. Son dieciocho danzas en todal, de las que pueden destacarse, las siguientes:
- Qapaq Qolla
- Qapaq Chunchu
- Qapaq Negro
- K’achampa
- Waka waka
- Saqra
- Contradanza
- Q’oyacha
- Wayra, Siklla o Doctorcitos
- Auqa Chileno
- Majeño
- Chukchu
- Dansaq
- Chunchacha
- Negrillos
- Pauqartampus
- Canchi
Debe agregarse a los Maqt'as, que no constituyen una danza en sí misma, sino que acompañan, como bufones, a cada una de las danzas antes mencionadas.
Los planes iniciales de esta aventura incluían el ingreso, por esa misma ruta, hacia la selva cusqueña de Qosñipata (Pilcopata y hasta Shintuya), pero esto se tuvo que dejar de lado por cuestiones ajenas a nuestra voluntad y que afectaron el corazón mismo del equipo. De ese modo, tampoco pudimos llegar a Tres Cruces.
La fiesta de la Virgen dura los días 15, 16 y 17 de julio, tiempo durante el cual se vive un ambiente de religiosa algarabía, en el que se distinguen como compartimentos estancos, el culto a la Mamacha, pero también el culto a la vida. He hecho un análisis sobre el particular en el blog Crío de la Niebla.
El día 18 iniciamos el retorno a las 11:00 horas, tomando, esta vez, la ruta de Pisaq, pasando por el pueblo de Colquepata. Esta ruta es igualmente afirmada y es similar, aunque se aprecian paisajes más diversos e interesantes. Por ejemplo, es posible apreciar al Apu mayor del Cusco, el Ausangate, majestuoso y tutelando nuestro paso. La altura a la que se atraviesa es considerable y, claro, el paisaje es de Puna, pudiendo observarse zonas en que habrían los denominados "bosques de piedra", siempre rodeados del ichu. El clima es frío a pesar del sol radiante que nos acompaña toda la ruta.
Cuando se llega a la población de Colquepata, nos encontramos con un pueblo pequeño, pero que cuenta, entre sus atractivos, con un templo muy bonito. Nuestro puma negro trepo ágil todas esas cuestas. La tierra de los terrenos por los que atraviesa esta carretera son menos sueltos que la carretera más conocida, lo que permite una mejor visibilidad y hasta estabilidad durante el trayecto.
Al cabo de dos horas iniciamos el descenso hacia Pisaq, desde donde encontramos la carretera asfaltada con la consiguiente comodidad que proporciona este material vial.
Es interesante hacerel viaje a Paucartambo utilizando ambas rutas pues se puede apreciar la diversidad (a pesar de su aparentre homogenidad) de los territorios que constituyen la denominada "Sierra", lo que nos permitirá tener una mirada más rica de esos paisajes y realidades.
Lo que sí resulta innegable es que, a pesar del crecimiento macroeconómico sostenido que viene mostrando el país, la pobreza se respira como el polvo en esa región sur andina.
2 comentarios:
ese es mi pueblo siempre bonito como lo deje y va creciendo saludos desde canadà
siempre cresiendo de roger y samuel siempre crese
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