viernes, 24 de julio de 2009

He visitado Paucartambo

Aunque en peregrinaje laico, estuvimos otra vez en Paucartambo. Llegamos al Cusco vía aérea, el día 15 de julio de 2009. Ese mismo día, a las 15:00 horas enrumbamos en el vehículo de mi padre hacia Paucartambo, a donde llegamos hacia las 17:30 horas.


Lo primero que hay que decir es que se ha avanzado con el anchado de la carretera en algunos sectores, lo cual es importante, pero sigue siendo insuficiente, toda vez que dicha carretera no solo debiera ser anchada en su totalidad sino, además, asfaltada. Sin embargo, es increíble cómo hasta la fecha esa carretera sigue siendo, en general, la vieja trocha que conozco desde mi infancia. Independientemente del viaje en medio de una nube de polvo, la llegada a Paucartambo es siempre mágica y la visión del Puente Carlos V es un bálsamo contra el cansancio.
En Paucartambo, hemos buscado, entre lo ya conocido, un acercamiento a experiencias nuevas. Estuvimos, gracias a la Mamá Haydeé, mi abuela, en el cargo de los Dansaq y de los Saqra. En la primera tuve la oportunidad de conocer a un pariente, Óscar Ravelo, un artesano que exporta los conocidísimos "Niños de la Espina" a Chile; la atención que recibimos fue simplemente magnífica. En el caso de los segundos, empiezo a entender que en esta fiesta se pierde, en algunos casos, el criterio de razonabilidad, pues nos pidieron, sin ambages, que nos retiremos, pues llegarían más invitados a los que necesitaban atender. Llegó incluso un flamante Ministro de Estado, presencia ante la cual los anfitriones se deshacen en atenciones. Y esto es más notorio en la danza de los Qapaq Negro, a la que solamente vi en las calles; y es que, claro, esta fiesta es una reproducción de la propia sociedad, asumiendo los integrantes de esta danza una cierta situación de jerarquía en la fiesta.


Sin embargo, mi hijo Damir, ajeno en su niñez a esas cuestiones , me jalaba a cada momento a observar más bien una danza que es considerada de las más "populares", por el origen de sus integrantes, ellos sí fundamentalmente paucartambinos y hasta residentes en esa pequeña ciudad . Se trata de los Chucchus, que representan a los enfermos de la fiebre amarilla.


En Paucartambo algo se ha hecho en obras urbanas como, por ejemplo, el malecón que aparece en la fotografía abajo.

Paucartambo, como siempre, una experiencia gratificante. Creo que, aprendiendo de experiencias distintas, en la fiesta de la Virgen del Carmen, mucha gente va para apreciar la belleza de las danzas y estas son imposibles de ver en su totalidad, por la absoluta dispersión de sus presentaciones. Quizá, como en Puno en la Fiesta de laa Virgen de la Candelaria, podría utilizarse las instalaciones del estadio para hacer una presentación total, y por turnos, de cada una de las danzas, lo que, además, podría generarle recursos a la Municipalidad Provicnial.

Por último, para mí, las super estrellas, los Qapaq Qolla.

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