Este vídeo lo encontré en el blog de Marco Sifuentes, y me parece realmente un material de primer nivel. Quisiera destacar, ante todo, el hecho de que ya en 1950 se trabajaba en colores. Llama la atención, sin embargo, al menos para un neófito en materia cinematográfica, que no haya audio (lo que habría ayudado mucho más a entender ese tiempo).
Por otro lado, ya como cusqueño, me parece increíble las muchas semejanzas de aquellos paisajes y gentes filmados con los actuales. Obviamente, la ciudad del Cusco era muy pequeña en comparación a lo que es hoy. Al mismo tiempo, los mercados de San Pedro y Wanchaq siguen, en lo esencial, siendo los mismos. Y la gente es, salvo en la vestimenta de las personas de raigambre más urbana (en las que es notoria la diferencia de moda en el vestido de esa época si comparamos la vestimenta actual), prácticamente la misma, especialmente en las mujeres de clara extracción rural (las campesinas o, como hoy las denominan en un claro triunfo del argot de los mochileros argentinos y sus émulo limeños, las "mamachas"). Es más, hasta la comida parece ser muy parecida, se aprecia un rico lechón y el toqto, entre la diversidad gastronómica.
Ya en ruta, nos encontramos que el vídeo se hizo en la época estival o de secas, pues los campos se aprecian amarillentos y los ríos cristalinos, con ese color verde que aun hoy se puede apreciar, aunque mucho menos diáfanos, por la misma contaminación (es el caso del Vilcanota).
Por otro lado, es una pena que no se haya documentado más que de lejos al pueblo de Aguas Calientes, pues hubiera sido una muestra del gran cambio que se ha vivido en ese lugar.
Finalmente, ya en Machupicchu las imágenes son gratas y generan una nostalgia de nuestro pasado (aunque no lo haya vivido), pues se aprecian las ruinas aun previas a muchas de las excavaciones y en un estado mucho más "natural". Es más, el Intiwatana se puede ver aun íntegro, mucho antes de que una empresa de bebidas gaseosas generara un daño irreparable a su estructura, ante la casi complicidad de las autoridades peruanas.
Bueno, creo que en casos como este las palabras están de sobra, pese a lo cual he querido compartir con ustedes (si es que hay alguien al otro lado) unas ideas y emociones que me provocó este video.
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